Un día relajado disfrutando de las mejores playas y calas de la isla al estilo menorquín.

Junio es un mes muy especial en Menorca: la isla se llena de vida y abandona por unas semanas su calma invernal. El solsticio de verano nos regala una de las fiestas más populares y reconocidas, la de San Juan en Ciutadella, mientras que el inicio de la época estival nos invita a disfrutar de uno de los alicientes de la isla: sus increíbles calas y playas. Y es que no se puede concebir una estancia estival en la menor de las islas gimnesias sin disfrutar del mar al estilo menorquín: de forma relajada, entre amigos, y lejos de la masificación de otros destinos.

En Menorca encontramos dos tipos de playas diferentes, dependiendo de la zona de la isla en la que nos encontremos. Las playas y calas del norte se caracterizan en muchos casos por su arena rojiza y un paisaje de roca escarpada, mientras que las situadas más al sur son en su mayor parte casi piscinas de agua salada de un increíble color turquesa rodeadas de pinares.

La mejor forma de acceder a cualquiera de ellas es en coche hasta los parkings más cercanos, seguido de un ligero paseo por los senderos dispuestos entre pinares con el fin de cuidar y preservar la zona costera del tráfico por carretera. No hay que olvidar que nuestra isla es un entorno natural protegido.

En la zona Norte podemos encontrar Cala Pregonda, Cala Tortuga o la aún no muy conocida Cala Morell. En el sur, las clásicas Macarella y Macarelleta, Cala Mitjana y Mitjaneta, Cala en Turqueta o Cala Galdana, que son arenales blancos con aguas de verdadero ensueño.

Cualquiera de ellas es un magnífico plan diurno para disfrutar durante su estancia en Torralbenc.